Tenemos la oportunidad de decir lo que pensamos de la forma en que vivimos y viven los que nos rodean... SIN TABUES!y sobre todo demostrar que SI podemos vivir y aprender sobre las experiencias de los demas!!!

domingo, diciembre 30, 2007

Una mentira que te haga feliz... (Como dice Arjona)


La sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza…

Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto parece muy sencillo, pero muchas veces cuesta más de lo que se cree. Se utilizan las ‘’mentiras piadosas’’ para ocultar cualquier cosa que para nosotros es una tontería, pero que en realidad a la persona que mientes haces daño, y esta pequeña mentira que en un principio nos es nada se va haciendo más y más grande hasta que la verdad se acaba sabiendo y sorprendiendo a quien mientes.

La sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio de nuestras actitudes.

Cuando se aparenta lo que no somos (en la edad, trabajo, amistad…) se tiende a aparentar lo que no se es (más joven, inteligente, educados…) Si se descubre la gran mentira que nos han hecho creer se nos viene a la memoria el refrán: ‘’Dime de que presumes… y te diré de que careces’’ y entonces se produce una gran desilusión ya que se pierden las esperanzas de lo que la persona no es en realidad.

También indicar que ‘’decir’’ siempre la verdad con palabras es una parte de la sinceridad, pero también hay que ‘’actuar’’ acorde con la verdad.

Para ser sincero se necesita tener mucho ‘’tacto’’ y esto significa que cuando debemos decirle a una persona la verdad de lo que pensamos y esta verdad la incomoda debemos utilizar las palabras, las expresiones correctas ya que el primer propósito es ‘’ayudar’’ a esa persona, y esto es necesario para que la persona escuché y vea que lo que se la dice va con buenas intenciones y sin ánimo de ofenderla.

La sinceridad también requiere valor ya que a la hora de decir la verdad a un amigo o a una amiga por ejemplo, el no decir la verdad no se puede justificar con no decirlo con el perder una buena amistad o por el concepto que se tiene de la persona.

La persona sincera siempre dice la verdad, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. Ya que vernos sorprendidos mientras mentimos es más vergonzoso aún.

Al ser sinceros aseguramos nuestras amistades, somos más honestos con los demás y a la vez con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la autenticidad que hay en nuestra forma de comportarnos y nuestras palabras.

A medida que nos vamos haciendo más mayores, la sinceridad debe ir en aumento y debe convertirse en un elemento básico para vivir nuestra vida con auténtica plenitud y sinceridad.
La sinceridad es la virtud de la franqueza, es el amor y el respeto por lo veraz. La persona sincera actúa siempre de buena fe y mantiene una coherencia entre sus palabras y sus actos. Es contrario a la mentira, a la duplicidad y a la hipocresía. Hay ocasiones en las que no nos gusta lo que oímos del amigo sincero, pero si tienes la suerte de contar con una amistad así, cuídala, es una joya. Aunque a veces se equivoque, nos haga daño y parezca injusto, porque, obviamente, la sinceridad excluye la mentira no el error.
Decir la verdad no significa que haya que decirlo todo. Hay que decir lo que se piensa pensando lo que se dice. La sinceridad no es salvajismo cruel que espeta la verdad, ni exhibicionismo impúdico, ni imprudencia. Todos tenemos derecho a callar, conviene no olvidar que uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios. Hay ocasiones en las que se debe callar la verdad, así es cuando ésta lo único que puede acarrear es dolor y sufrimiento injusto o inútil a otra persona. Incluso pueden darse situaciones en las que uno no sólo tenga que callar y ocultar la verdad, sino mentir. A veces la mentira es el mal menor que hay que elegir. La sinceridad, la fidelidad a lo verdadero no es un absoluto. Ninguna virtud es absoluta, sólo el amor. Por eso, ser fiel a lo verdadero no puede disculparnos de ser infiel a la compasión y al amor.
Sé que me ganaré algunas críticas , pero hablando de sinceridad cómo no ser sincero: "Creo en las mentiras piadosas y decir la verdad no es un absoluto". A veces es más moral mentir que decir la verdad. Pero hay culposos que prefieren la tranquilidad de su conciencia antes que evitar el sufrimiento del prójimo. Hay personas tan amantes de la verdad que tienen seco el corazón, son fanáticos de la verdad y no la supeditan ni a la compasión ni a la caridad